Las niñas y niños disfrutan de la música, la música como todo arte es terapéutica, alegra y alimenta el espíritu, es una disciplina que implica el ejercicio de la voluntad sobre la atención, la escucha, la expresión de las emociones y la quietud del pensamiento para dar lugar a descubrir la afinación y la armonía.

A través de la música es posible aprender a escuchar al otro y a estar en el aquí y en el ahora. Es comunicación armónica, donde estar sincronizados es importante, por eso el respeto por los procesos de cada uno surge de manera natural, cada logro se celebra con un resultado lleno de acordes, ritmos, muchas notas y alegría.